Sábado, 2 de septiembre de 2017
Primera lectura
Lectura de la primera
carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (4,9-11):
Acerca del
amor fraterno no hace falta que os escriba, porque Dios mismo os ha enseñado a
amaros los unos a los otros. Como ya lo hacéis con todos los hermanos de
Macedonia. Hermanos, os exhortamos a seguir progresando: esforzaos por mantener
la calma, ocupándoos de vuestros propios asuntos y trabajando con vuestras
propias manos, como os lo tenemos mandado.
Palabra de
Dios
Salmo
Sal 97,1.7-8.9
R/. El Señor
llega para regir los pueblos con rectitud
Cantad al
Señor un cántico nuevo,
porque ha
hecho maravillas:
su diestra le
ha dado la victoria, su santo brazo. R/.
Retumbe el mar
y cuanto contiene,
la tierra y
cuantos la habitan;
aplaudan los
ríos,
aclamen los
montes. R/.
Al Señor, que
llega para regir la tierra.
Regirá el orbe
con justicia
y los pueblos
con rectitud. R/.
Evangelio
Lectura del santo
evangelio según san Mateo (25,14-30):
En aquel
tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Un hombre, al irse de
viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó
cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su
capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue en seguida a
negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó
otros dos. En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió
el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos
empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había
recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco
talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco." Su señor le dijo:
"Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo
poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor." Se
acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos
talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos." Su señor le dijo:
"Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo
poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor."
Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: "Señor,
sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no
esparces, tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo
tuyo." El señor le respondió: "Eres un empleado negligente y
holgazán. ¿Con que sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo?
Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera
recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene
diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le
quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadle fuera, a las
tinieblas; allí será el llanto y rechinar de dientes."»
Palabra del
Señor
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