Miércoles, 25 de octubre de 2017
Primera lectura
Lectura de la carta del
apóstol san Pablo a los Romanos (6,12-18):
Que el pecado
no siga dominando vuestro cuerpo mortal, ni seáis súbditos de los deseos del
cuerpo. No pongáis vuestros miembros al servicio del pecado, como instrumentos
para la injusticia; ofreceos a Dios como hombres que de la muerte han vuelto a
la vida, y poned a su servicio vuestros miembros, como instrumentos para la
justicia. Porque el pecado no os dominará: ya no estáis bajo la Ley, sino bajo
la gracia. Pues, ¿qué? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la Ley, sino bajo la
gracia? ¡De ningún modo! ¿No sabéis que, al ofreceros a alguno como esclavos
para obedecerle, os hacéis esclavos de aquel a quien obedecéis: bien del
pecado, para la muerte, bien de la obediencia, para la justicia? Pero, gracias a
Dios, vosotros, que erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a
aquel modelo de doctrina al que fuisteis entregados y, liberados del pecado, os
habéis hecho esclavos de la justicia.
Palabra de
Dios
Salmo
Sal 123,1-3.4-6.7-8
R/. Nuestro
auxilio es el nombre del Señor
Si el Señor no
hubiera estado de nuestra parte
–que lo diga
Israel–,
si el Señor no
hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos
asaltaban los hombres,
nos habrían
tragado vivos:
tanto ardía su
ira contra nosotros. R/.
Nos habrían
arrollado las aguas,
llegándonos el
torrente hasta el cuello;
nos habrían
llegado hasta el cuello las aguas espumantes.
Bendito el
Señor, que no nos entregó en presa a sus dientes. R/.
Hemos salvado
la vida,
como un pájaro
de la trampa del cazador;
la trampa se
rompió, y escapamos.
Nuestro
auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el
cielo y la tierra. R/.
Evangelio
Lectura del santo
evangelio según san Lucas (12,39-48):
En aquel
tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Comprended que si supiera el dueño de
casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete. Lo mismo
vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo
del hombre.»
Pedro le
preguntó: «Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?»
El Señor le
respondió: «¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto
al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas? Dichoso
el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. Os aseguro
que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si el empleado piensa:
"Mi amo tarda en llegar", y empieza a pegarles a los mozos y a las
muchachas, a comer y beber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el día
y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los
que no son fieles. El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto
a ponerlo por obra recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo
digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá;
al que mucho se le confió, más se le exigirá.»
Palabra del
Señor