Miércoles, 18 de octubre de 2017
Primera lectura
Lectura de la segunda
carta del apóstol san Pablo a Timoteo (4,9-17a):
Dimas me ha
dejado, enamorado de este mundo presente, y se ha marchado a Tesalónica;
Crescente se ha ido a Galacia; Tito, a Dalmacia; sólo Lucas está conmigo. Coge
a Marcos y tráetelo contigo, ayuda bien en la tarea. A Tíquico lo he mandado a
Éfeso. El abrigo que me dejé en Troas, en casa de Carpo, tráetelo al venir, y
los libros también, sobre todo los de pergamino. Alejandro, el metalúrgico, se
ha portado muy mal conmigo; el Señor le pagará lo que ha hecho. Ten cuidado con
él también tú, porque se opuso violentamente a mis palabras. La primera vez que
me defendí, todos me abandonaron, y nadie me asistió. Que Dios los perdone.
Pero el Señor me ayudó y me dio salud para anunciar íntegro el mensaje, de modo
que lo oyeran los gentiles.
Palabra de
Dios
Salmo
Sal
144,10-11.12-13ab.17-18
R/. Que tus
fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado
Que todas tus
criaturas te den gracias, Señor,
que te
bendigan tus fieles;
que proclamen
la gloria de tu reinado,
que hablen de
tus hazañas. R/.
Explicando tus
hazañas a los hombres,
la gloria y
majestad de tu reinado.
Tu reinado es
un reinado perpetuo,
tu gobierno va
de edad en edad. R/.
El Señor es
justo en todos sus caminos,
es bondadoso
en todas sus acciones;
cerca está el
Señor de los que lo invocan,
de los que lo
invocan sinceramente. R/.
Evangelio
Lectura del santo
evangelio según san Lucas (10,1-9):
En aquel
tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en
dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
Y les decía:
«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que
mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en
medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis
a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero:
"Paz a esta casa." Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos
vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed
de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de
casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad
a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de
Dios."»
Palabra del
Señor
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