jueves, 14 de septiembre de 2017
Primera lectura
Lectura del libro de los
Números (21,4b-9):
En aquellos
días, el pueblo estaba extenuado del camino, y habló contra Dios y contra
Moisés: «¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No
tenemos ni pan ni agua, y nos da náusea ese pan sin cuerpo.»
El Señor envió
contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murieron muchos
israelitas. Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo: «Hemos pecado
hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros
las serpientes.»
Moisés rezó al
Señor por el pueblo, y el Señor le respondió: «Haz una serpiente venenosa y
colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al
mirarla.»
Moisés hizo
una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente
mordía a uno, él miraba a la serpiente de bronce y quedaba curado.
Palabra de
Dios
Salmo
Sal 77,1-2.34-35.36-37.38
R/. No
olvidéis las acciones del Señor
Escucha,
pueblo mío, mi enseñanza,
inclina el
oído a las palabras de mi boca:
que voy a
abrir mi boca a las sentencias,
para que
broten los enigmas del pasado. R/.
Cuando los
hacía morir, lo buscaban,
y madrugaban
para volverse hacia Dios;
se acordaban
de que Dios era su roca,
el Dios
Altísimo su redentor. R/.
Lo adulaban
con sus bocas,
pero sus
lenguas mentían:
su corazón no
era sincero con él,
ni eran fieles
a su alianza. R/.
Él, en cambio,
sentía lástima,
perdonaba la
culpa y no los destruía:
una y otra vez
reprimió su cólera,
y no
despertaba todo su furor. R/.
Puede
sustituirse por la siguiente lectura
Lectura de la carta del
apóstol san Pablo a los Filipenses (2,6-11):
Cristo, a
pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al
contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por
uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta
someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó
sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre
de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda
lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Palabra de
Dios
Evangelio
Lectura del santo
evangelio según san Juan (3,13-17):
En aquel
tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo
único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida
eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para
que el mundo se salve por él.»
Palabra del
Señor
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