Viernes, 13 de mayo de 2016
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de los
Hechos de los apóstoles (25,13-21):
En aquellos
días, el rey Agripa llegó a Cesarea con Berenice para cumplimentar a Festo, y
se entretuvieron allí bastantes días.
Festo expuso
al rey el caso de Pablo, diciéndole: «Tengo aquí un preso, que ha dejado Félix;
cuando fui a Jerusalén, los sumos sacerdotes y los ancianos judíos presentaron
acusación contra él, pidiendo su condena. Les respondí que no es costumbre
romana ceder a un hombre por las buenas; primero el acusado tiene que carearse
con sus acusadores, para que tenga ocasión de defenderse. Vinieron conmigo a
Cesarea, y yo, sin dar largas al asunto, al día siguiente me senté en el
tribunal y mandé traer a este hombre. Pero, cuando los acusadores tomaron la
palabra, no adujeron ningún cargo grave de los que yo suponía; se trataba sólo
de ciertas discusiones acerca de su religión y de un difunto llamado Jesús, que
Pablo sostiene que está vivo. Yo, perdido en semejante discusión, le pregunté
si quería ir a Jerusalén a que lo juzgase allí. Pero, como Pablo ha apelado,
pidiendo que lo deje en la cárcel, para que decida su majestad, he dado orden
de tenerlo en prisión hasta que pueda remitirlo al César.»
Palabra de
Dios
Salmo
Sal 10,4-7
R/. El Señor
puso en el cielo su trono
Bendice, alma
mía, al Señor,
y todo mi ser
a su santo nombre.
Bendice, alma
mía, al Señor,
y no olvides
sus beneficios. R/.
Como se
levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su
bondad sobre sus fieles;
como dista el
oriente del ocaso,
así aleja de
nosotros nuestros delitos. R/.
El Señor puso
en el cielo su trono,
su soberanía
gobierna el universo.
Bendecid al
Señor, ángeles suyos,
poderosos
ejecutores de sus órdenes. R/.
Evangelio
Lectura del santo
evangelio según san Juan (21,15-19):
Habiéndose
aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos, dice a Simón
Pedro:
«Simón, hijo
de Juan, ¿me amas más que éstos?»
Él le
contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dice:
«Apacienta mis corderos.»
Por segunda
vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?»
Él le
contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Él le dice:
«Pastorea mis ovejas.»
Por tercera
vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?»
Se entristeció
Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor,
tú conoces todo, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dice:
«Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e
ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te
ceñirá y te llevará adonde no quieras.»
Esto dijo
aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios.
Dicho esto,
añadió: «Sígueme.»
Palabra del
Señor
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