Lunes de la vigésima
qunita semana del tiempo ordinario
Libro de los Proverbios
3,27-34.
No niegues un
beneficio al que lo necesite, siempre que esté en tus manos hacerlo.
No digas a tu
prójimo: "Vuelve después, mañana te daré", si tienes con qué
ayudarlo.
No trames el
mal contra tu prójimo, mientras vive confiado junto a ti.
No litigues
con un hombre sin motivo, si no te ha causado ningún mal.
No envidies al
hombre violento ni elijas ninguno de sus caminos.
Porque el
hombre perverso es abominable para el Señor, y él reserva su intimidad para los
rectos.
La maldición
del Señor está en la casa del malvado, pero él bendice la morada de los justos.
El se burla de
los insolentes y concede su favor a los humildes.
Salmo 15(14),2-3.4.5.
El que procede
rectamente
y practica la
justicia;
el que dice la
verdad de corazón
y no calumnia
con su lengua.
El que no hace
mal a su prójimo
ni agravia a
su vecino,
el que no
estima a quien Dios reprueba
y honra a los
que temen al Señor.
El que no se
retracta de lo que juró,
aunque salga
perjudicado;
el que no
presta su dinero a usura
ni acepta
soborno contra el inocente.
El que procede
así, nunca vacilará.
Evangelio según San Lucas
8,16-18.
Jesús dijo a
la gente:
"No se
enciende una lámpara para cubrirla con un recipiente o para ponerla debajo de
la cama, sino que se la coloca sobre un candelero, para que los que entren vean
la luz.
Porque no hay
nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser
conocido y divulgado.
Presten
atención y oigan bien, porque al que tiene, se le dará, pero al que no tiene,
se le quitará hasta lo que cree tener".
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