Miércoles,
5 de julio de 2017
Primera lectura
Lectura del libro del
Génesis (21,5.8-20):
Abrahán tenía
cien años cuando le nació su hijo Isaac. El chico creció, y lo destetaron. El
día que destetaron a Isaac, Abrahán dio un gran banquete.
Pero Sara vio
que el hijo que Abrahán había tenido de Hagar, la egipcia, jugaba con Isaac, y
dijo a Abrahán: «Expulsa a esa criada y a su hijo, porque el hijo de esa criada
no va a repartirse la herencia con mi hijo Isaac.»
Como al fin y
al cabo era hijo suyo, Abrahán se llevó un gran disgusto.
Pero Dios dijo
a Abrahán: «No te aflijas por el niño y la criada. Haz exactamente lo que te
dice Sara, porque es Isaac quien continúa tu descendencia. Aunque también del
hijo de la criada sacaré un gran pueblo, por ser descendiente tuyo.»
Abrahán
madrugó, cogió pan y un odre de agua, se lo cargó a hombros a Hagar y la
despidió con el niño. Ella se marchó y fue vagando por el desierto de Berseba.
Cuando se le acabó el agua del odre, colocó al niño debajo de unas matas; se
apartó y se sentó a solas, a la distancia de un tiro de arco, diciéndose: «No
puedo ver morir a mi hijo.» Y se sentó a distancia. El niño rompió a llorar.
Dios oyó la
voz del niño, y el ángel de Dios llamó a Hagar desde el cielo, preguntándole:
«¿Qué te pasa, Hagar? No temas, que Dios ha oído la voz del niño que está ahí.
Levántate, toma al niño y tenlo bien agarrado de la mano, porque sacaré de él
un gran pueblo.» Dios le abrió los ojos, y divisó un pozo de agua; fue allá,
llenó el odre y dio de beber al muchacho. Dios estaba con el muchacho, que
creció, habitó en el desierto y se hizo un experto arquero.
Palabra de
Dios
Salmo
Sal 33
R/. Si el
afligido invoca al Señor, él lo escucha
Si el afligido
invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de
sus angustias.
El ángel del Señor
acampa
en torno a sus
fieles y los protege. R/.
Todos sus
santos, temed al Señor,
porque nada
les falta a los que le temen;
los ricos
empobrecen y pasan hambre,
los que buscan
al Señor no carecen de nada. R/.
Venid, hijos,
escuchadme:
os instruiré en
el temor del Señor;
¿hay alguien
que ame la vida
y desee días
de prosperidad? R/.
Evangelio
Lectura del santo
evangelio según san Mateo (8,28-34):
En aquel
tiempo, llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gerasenos. Desde el
cementerio, dos endemoniados salieron a su encuentro; eran tan furiosos que
nadie se atrevía a transitar por aquel camino.
Y le dijeron a
gritos: «¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido a atormentarnos
antes de tiempo?»
Una gran piara
de cerdos a distancia estaba hozando.
Los demonios
le rogaron: «Si nos echas, mándanos a la piara.»
Jesús les
dijo: «Id.»
Salieron y se
metieron en los cerdos. Y la piara entera se abalanzó acantilado abajo y se
ahogó en el agua. Los porquerizos huyeron al pueblo y lo contaron todo,
incluyendo lo de los endemoniados. Entonces el pueblo entero salió a donde
estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se marchara de su país.
Palabra del
Señor
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