Domingo, 2 de julio de 2017
Primera lectura
Lectura del segundo libro
de los Reyes (4,8-11.14-16a):
Un día pasaba
Eliseo por Sunam, y una mujer rica lo invitó con insistencia a comer. Y,
siempre que pasaba por allí, iba a comer a su casa.
Ella dijo a su
marido: «Me consta que ese hombre de Dios es un santo; con frecuencia pasa por
nuestra casa. Vamos a prepararle una habitación pequeña, cerrada, en el piso
superior; le ponemos allí una cama, una mesa, una silla y un candil, y así,
cuando venga a visitarnos, se quedará aquí.»
Un día llegó
allí, entró en la habitación y se acostó.
Dijo a su
criado Guejazi: «¿Qué podríamos hacer por ella?»
Guejazi
comentó: «Qué sé yo. No tiene hijos, y su marido es viejo.»
Eliseo dijo:
«Llámala.»
La llamó. Ella
se quedó junto a la puerta, y Eliseo le dijo: «El año que viene, por estas
fechas, abrazarás a un hijo.»
Palabra de
Dios
Salmo
Sal 88,2-3.16-17.18-19
R/. Cantaré
eternamente
las
misericordias del Señor
Cantaré
eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu
fidelidad por todas las edades.
Porque dije:
«Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el
cielo has afianzado tu fidelidad. R/.
Dichoso el
pueblo que sabe aclamarte:
camina, oh
Señor, a la luz de tu rostro;
tu nombre es
su gozo cada día,
tu justicia es
su orgullo. R/.
Porque tú eres
su honor y su fuerza,
y con tu favor
realzas nuestro poder.
Porque el
Señor es nuestro escudo,
y el Santo de
Israel nuestro rey. R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta del
apóstol san Pablo a los Romanos (6,3-4.8-11):
Los que por el
bautismo nos incorporamos a Cristo fuimos incorporados a su muerte. Por el
bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así como Cristo fue
resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros
andemos en una vida nueva. Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que
también viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre
los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque su
morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; y su vivir es un vivir
para Dios. Lo mismo vosotros, consideraos muertos al pecado y vivos para Dios
en Cristo Jesús.
Palabra de
Dios
Evangelio
Evangelio según san Mateo
(10,37-42), del domingo, 2 de julio de 2017
0
Lectura del santo
evangelio según san Mateo (10,37-42):
En aquel
tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «El que quiere a su padre o a su madre más
que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no
es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí. El que
encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará. El
que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe recibe al que me ha
enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta tendrá paga de profeta; y
el que recibe a un justo porque es justo tendrá paga de justo. El que dé a
beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos
pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os lo aseguro.»
Palabra del
Señor
No hay comentarios:
Publicar un comentario