LECTURAS DEL LOS SANTOS
INOCENTES
Miércoles,
28 de diciembre de 2016
Primera lectura
Lectura de la primera
carta del apóstol san Juan (1,5–2,2):
Os anunciamos
el mensaje que hemos oído a Jesucristo: Dios es luz sin tiniebla alguna. Si
decimos que estamos unidos a él, mientras vivimos en las tinieblas, mentimos
con palabras y obras. Pero, si vivimos en la luz, lo mismo que él está en la
luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos
limpia los pecados. Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos y no somos
sinceros. Pero, si confesamos nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos
perdonará los pecados y nos limpiará de toda injusticia. Si decimos que no
hemos pecado, lo hacemos mentiroso y no poseemos su palabra. Hijos míos, os
escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que
abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por
nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo
entero.
Palabra de
Dios
Salmo
Sal 123,2-3.4-5.7b-8
R/. Hemos
salvado la vida,
como un pájaro
de la trampa del cazador
Si el Señor no
hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos
asaltaban los hombres,
nos habrían
tragado vivos:
tanto ardía su
ira contra nosotros. R/.
Nos habrían
arrollado las aguas,
llegándonos el
torrente hasta el cuello;
nos habrían
llegado hasta el cuello
las aguas
espumantes. R/.
La trampa se
rompió, y escapamos.
Nuestro
auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el
cielo y la tierra. R/.
Evangelio
Lectura del santo
evangelio según san Mateo (2,13-18):
Cuando se
marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo:
«Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que
yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.»
José se
levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta
la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta:
«Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto.» Al verse burlado por los magos,
Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo,
en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de
los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: «Un grito se
oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos, y
rehúsa el consuelo, porque ya no viven.»
Palabra del
Señor
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