Viernes, 12 de agosto de 2016
Primera lectura
Lectura de la profecía de
Ezequiel (16,1-15.60.63):
Me vino esta
palabra del Señor: «Hijo de Adán, denuncia a Jerusalén sus abominaciones,
diciendo: "Así dice el Señor: ¡Jerusalén! Eres cananea de casta y de cuna:
tu padre era amorreo y tu madre era hitita. Fue así tu alumbramiento: El día en
que naciste, no te cortaron el ombligo, no te bañaron ni frotaron con sal, ni
te envolvieron en pañales. Nadie se apiadó de ti haciéndote uno de estos
menesteres, por compasión, sino que te arrojaron a campo abierto, asqueados de
ti, el día en que naciste. Pasando yo a tu lado, te vi chapoteando en tu propia
sangre, y te dije mientras yacías en tu sangre: 'Sigue viviendo y crece como
brote campestre.' Creciste y te hiciste moza, llegaste a la sazón; tus senos se
afirmaron, y el vello te brotó, pero estabas desnuda y en cueros. Pasando de
nuevo a tu lado, te vi en la edad del amor; extendí sobre ti mi manto para
cubrir tu desnudez; te comprometí con juramento, hice alianza contigo –oráculo
del Señor– y fuiste mía. Te bañé, te limpié la sangre, y te ungí con aceite. Te
vestí de bordado, te calcé de marsopa; te ceñí de lino, te revestí de seda. Te
engalané con joyas: te puse pulseras en los brazos y un collar al cuello. Te
puse un anillo en la nariz, pendientes en las orejas y diadema de lujo en la
cabeza. Lucías joyas de oro y plata, y vestidos de lino, seda y bordado; comías
flor de harina, miel y aceite; estabas guapísima y prosperaste más que una
reina. Cundió entre los pueblos la fama de tu belleza, completa con las galas
con que te atavié –oráculo del Señor–. Te sentiste segura de tu belleza y, amparada
en tu fama, fornicaste y te prostituiste con el primero que pasaba. Pero yo me
acordaré de la alianza que hice contigo cuando eras moza y haré contigo una
alianza eterna, para que te acuerdes y te sonrojes y no vuelvas a abrir la boca
de vergüenza, cuando yo te perdone todo lo que hiciste."» Oráculo del
Señor.
Palabra de
Dios
Salmo
Is 12,2-3.4bcd.5-6
R/. Ha cesado
tu ira y me has consolado
Él es mi Dios
y Salvador: confiaré y no temeré,
porque mi
fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi
salvación.
Y sacaréis
aguas con gozo
de las fuentes
de la salvación. R/.
Dad gracias al
Señor,
invocad su
nombre,
contad a los
pueblos sus hazañas,
proclamad que
su nombre es excelso. R/.
Tañed para el
Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a
toda la tierra;
gritad jubilosos,
habitantes de Sión:
«Qué grande es
en medio de ti el Santo de Israel. » R/.
Evangelio
Lectura del santo
evangelio según san Mateo (19,3-12):
En aquel
tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a
prueba: «¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo?»
Él les
respondió: «¿No habéis leído que el Creador, en el principio, los creó hombre y
mujer, y dijo: "Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se
unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne"? De modo que ya no son
dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el
hombre.»
Ellos
insistieron: «¿Y por qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse?»
Él les
contestó: «Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras
mujeres; pero, al principio, no era así. Ahora os digo yo que, si uno se
divorcia de su mujer –no hablo de impureza– y se casa con otra, comete
adulterio.»
Los discípulos
le replicaron: «Si ésa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta
casarse.»
Pero él les
dijo: «No todos pueden con eso, sólo los que han recibido ese don. Hay eunucos
que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y
hay quienes se hacen eunucos por el reino de los cielos. El que pueda con esto,
que lo haga.»
Palabra del
Señor
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