Miércoles, 23 de noviembre de 2016
Primera lectura
Lectura del libro del
Apocalipsis (15,1-4):
Yo, Juan, vi
en el cielo otro signo, grande y maravilloso: Siete ángeles que llevaban siete
plagas, las últimas, pues con ellas se consuma la ira de Dios.
Vi una especie
de mar de vidrio mezclado con fuego; los vencedores de la bestia, de su imagen
y del número de su nombre estaban de pie sobre el mar cristalino; tenían en la
mano las cítaras de Dios. Y cantan el cántico de Moisés, el siervo de Dios, y
el cántico del Cordero, diciendo:
«Grandes y
admirables son tus obras, Señor, Dios omnipotente; justos y verdaderos tus
caminos, rey de los pueblos. ¿Quién no temerá y no dará gloria a tu nombre?
Porque vendrán todas las naciones y se postrarán ante ti, porque tú solo eres
santo y tus justas sentencias han quedado manifiestas».
Palabra de
Dios
Salmo
Sal 97,1.2-3ab.7-8.9
R/. Grandes y
maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente.
V/. Cantad al
Señor un cántico nuevo,
porque ha
hecho maravillas.
Su diestra le
ha dado la victoria,
su santo
brazo. R/.
V/. El Señor
da a conocer su salvación,
revela a las
naciones su justicia:
se acordó de
su misericordia y su fidelidad
en favor de la
casa de Israel. R/.
V/. Retumbe el
mar y cuanto contiene,
la tierra y
cuantos la habitan;
aplaudan los
ríos,
aclamen los
montes. R/.
V/. Al Señor,
que llega
para regir la
tierra.
Regirá el orbe
con justicia
y los pueblos
con rectitud. R/.
Evangelio
Lectura del santo
evangelio según san Lucas (21,12-19):
EN aquel
tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Os echarán
mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y
haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto
os servirá de ocasión para dar testimonio.
Por ello,
meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo
os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir
ningún adversario vuestro.
Y hasta
vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a
algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre. Pero ni un
cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis
vuestras almas».
Palabra del
Señor
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