LECTURAS DEL SANTA MARÍA
VIRGEN, REINA
Lunes, 22 de agosto de 2016
Primera lectura
Lectura del libro de
Isaías (9,1-3.5-6):
El pueblo que
caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierra de sombras, y una
luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo; se gozan en tu
presencia, como gozan al segar, como se alegran al repartirse el botín. Porque
la vara del opresor, y el yugo de su carga, el bastón de su hombro, los
quebrantaste como el día de Madián. Porque un niño nos ha nacido, un hijo se
nos ha dado: lleva a hombros el principado, y es su nombre: «Maravilla de
Consejero, Dios guerrero, Padre perpetuo, Príncipe de la paz.» Para dilatar el
principado, con una paz sin límites, sobre el trono de David y sobre su reino.
Para sostenerlo y consolidarlo con la justicia y el derecho, desde ahora y por
siempre. El celo del Señor de los ejércitos lo realizará.
Palabra de
Dios
Salmo
Sal 112,1-2.3-4.5-6.7-8
R/. Bendito
sea el nombre del Señor, ahora y por siempre
Alabad,
siervos del Señor,
alabad el
nombre del Señor.
Bendito sea el
nombre del Señor,
ahora y por
siempre. R/.
De la salida
del sol hasta su ocaso,
alabado sea el
nombre del Señor.
El Señor se
eleva sobre todos los pueblos,
su gloria
sobre los cielos. R/.
¿Quién como el
Señor, Dios nuestro,
que se eleva
en su trono
y se abaja
para mirar al cielo y a la tierra? R/.
Levanta del
polvo al desvalido,
alza de la
basura al pobre,
para sentarlo
con los príncipes,
los príncipes
de su pueblo. R/.
Evangelio
Lectura del santo
evangelio según san Lucas (1,26-38):
En aquel
tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada
Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de
David; la virgen se llamaba María.
El ángel,
entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le
dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en
tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande,
se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su
padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»
Y María dijo
al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le
contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te
cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios.
Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un
hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada
hay imposible.»
María
contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y la
dejó el ángel.
Palabra del
Señor
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