Sábado, 23 de julio de 2016
Primera lectura
Lectura del libro de
Jeremías (7,1-11):
Palabra del
Señor que recibió Jeremías: «Ponte a la puerta del templo, y grita allí esta
palabra: "¡Escucha, Judá, la palabra del Señor, los que entráis por esas
puertas para adorar al Señor! Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de
Israel: Enmendad vuestra conducta y vuestras acciones, y habitaré con vosotros
en este lugar. No os creáis seguros con palabras engañosas, repitiendo: 'Es el
templo del Señor, el templo del Señor, el templo del Señor.' Si enmendáis
vuestra conducta y vuestras acciones, si juzgáis rectamente entre un hombre y
su prójimo, si no explotáis al forastero, al huérfano y a la viuda, si no
derramáis sangre inocente en este lugar, si no seguís a dioses extranjeros,
para vuestro mal, entonces habitaré con vosotros en este lugar, en la tierra
que di a vuestros padres, desde hace tanto tiempo y para siempre. Mirad:
Vosotros os fiáis de palabras engañosas que no sirven de nada. ¿De modo que
robáis, matáis, adulteráis, juráis en falso, quemáis incienso a Baal, seguís a
dioses extranjeros y desconocidos, y después entráis a presentaros ante mí en
este templo, que lleva mi nombre, y os decís: 'Estamos salvos', para seguir
cometiendo esas abominaciones? ¿Creéis que es una cueva de bandidos este templo
que lleva mi nombre? Atención, que yo lo he visto."» Oráculo del Señor.
Palabra de
Dios
Salmo
Sal 83,3.4.5-6a.8a.11
R/. ¡Qué
deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!
Mi alma se
consume y anhela
los atrios del
Señor, mi corazón
y mi carne
retozan por el Dios vivo.R/.
Hasta el
gorrión ha encontrado una casa;
y la
golondrina, un nido
donde colocar
sus polluelos:
tus altares,
Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios
mío.R/.
Dichosos los
que viven en tu casa,
alabándote
siempre.
Dichosos los
que encuentran en ti su fuerza;
caminan de
baluarte en baluarte.R/.
Vale más un
día en tus atrios
que mil en mi
casa, y prefiero
el umbral de
la casa de Dios
a vivir con
los malvados.R/.
Evangelio
Lectura del santo
evangelio según san Mateo (13,24-30):
En aquel
tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente: «El reino de los cielos se
parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la
gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó.
Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña.
Entonces fueron los criados a decirle al amo: "Señor, ¿no sembraste buena
semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?" Él les dijo: "Un
enemigo lo ha hecho." Los criados le preguntaron: "¿Quieres que
vayamos a arrancarla?" Pero él les respondió: "No, que, al arrancar
la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la
siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: Arrancad primero la
cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi
granero.»
Palabra del
Señor
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