Miércoles, 20 de julio de 2016
Primera lectura
Comienzo del profeta
Jeremías (1,1.4-10):
Palabras de
Jeremías, hijo de Helcías, de los sacerdotes residentes en Anatot, territorio
de Benjamín. Recibí esta palabra del Señor: «Antes de formarte en el vientre,
te escogí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te nombré
profeta de los gentiles.»
Yo repuse:
«¡Ay, Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy un muchacho.»
El Señor me
contestó: «No digas: "Soy un muchacho", que adonde yo te envíe, irás,
y lo que yo te mande, lo dirás. No les tengas miedo, que yo estoy contigo para
librarte.» Oráculo del Señor.
El Señor
extendió la mano y me tocó la boca; y me dijo: «Mira: yo pongo mis palabras en
tu boca, hoy te establezco sobre pueblos y reyes, para arrancar y arrasar, para
destruir y demoler, para edificar y plantar.»
Palabra de
Dios
Salmo
Sal 70
R/. Mi boca
contará tu salvación, Señor
A ti, Señor,
me acojo:
no quede yo
derrotado para siempre;
tú que eres
justo, líbrame y ponme a salvo,
inclina a mí
tu oído, y sálvame. R/.
Sé tú mi roca
de refugio,
el alcázar
donde me salve,
porque mi peña
y mi alcázar eres tú.
Dios mío,
líbrame de la mano perversa. R/.
Porque tú,
Dios mío, fuiste mi esperanza
y mi
confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre
materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú
me sostenías. R/.
Mi boca
contará tu auxilio,
y todo el día
tu salvación.
Dios mío, me
instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy
relato tus maravillas. R/.
Evangelio
Lectura del santo
evangelio según san Mateo (13,1-9):
Aquel día,
salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que
tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente quedó de pie en la orilla.
Les habló
mucho rato en parábolas: «Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco
cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó
en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era
profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta
de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El
resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros,
treinta. El que tenga oídos que oiga.»
Palabra del
Señor
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