Martes, 14 de junio de 2016
Primera lectura
Lectura del primer libro
de los Reyes (21,17-29):
Después de la
muerte de Nabot, el Señor dirigió la palabra a Ellas, el tesbita: «Anda, baja
al encuentro de Ajab, rey de Israel, que vive en Samaria. Mira, está en la
vifía de Nabot, adonde ha bajado para tomar posesión. Dile: "Así dice el
Señor: '¿Has asesinado, y encima robas?' Por eso, así dice el Señor: 'En el
mismo sitio donde los perros han lamido la sangre de Nabot, a ti también los
perros te lamerán la sangre.»
Ajab dijo a
Elías: «¿Conque me has sorprendido, enemigo mío?»
Y Elías
repuso: «¡Te he sorprendido! Por haberte vendido, haciendo lo que el Señor
reprueba, aquí estoy para castigarte; te dejaré sin descendencia, te
exterminaré todo israelita varón, esclavo o libre. Haré con tu casa como con la
de Jeroboán, hijo de Nabat, y la de Basá, hijo de Ajías, porque me has irritado
y has hecho pecar a Israel. También ha hablado el Señor contra Jezabel:
"Los perros la devorarán en el campo de Yezrael." A los de Ajab que
mueran en poblado los devorarán los perros, y a los que mueran en descampado
los devorarán las aves del cielo.»
Y es que no
hubo otro que se vendiera como Ajab para hacer lo que el Sefior reprueba,
empujado por su mujer Jezabel. Procedió de manera abominable, siguiendo a los
ídolos, igual que hacían los amorreos, a quienes el Señor había expulsado ante
los israelitas. En cuanto Ajab oyó aquellas palabras, se rasgó las vestiduras,
se vistió un sayal y ayunó; se acostaba con el sayal puesto y andaba taciturno.
El Señor
dirigió la palabra a Ellas, el tesbita: «¿Has visto cómo se ha humillado Ajab
ante mí? Por haberse humillado ante mí, no lo castigaré mientras viva;
castigaré a su familia en tiempo de su hijo.»
Palabra de
Dios
Salmo
Sal 50,3-4.5-6a.11.16
R/.
Misericordia, Señor: hemos pecado
Misericordia,
Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa
compasión borra mi culpa;
lava del todo
mi delito,
limpia mi
pecado. R/.
Pues yo
reconozco mi culpa,
tengo siempre
presente mi pecado:
contra ti,
contra ti solo pequé,
cometí la
maldad que aborreces. R/.
Aparta de mi
pecado tu vista,
borra en mí
toda culpa.
Líbrame de la
sangre, oh Dios,
Dios, Salvador
mío,
y cantará mi
lengua tu justicia. R/.
Evangelio
Lectura del santo
evangelio según san Mateo (5,43-48):
En aquel
tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: "Amarás a
tu prójimo" y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a
vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de
vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos,
y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué
premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo
a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también
los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es
perfecto.»
Palabra del
Señor
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