LECTURAS DEL NATIVIDAD DE
SAN JUAN BAUTISTA
Viernes, 24 de junio de 2016
Primera lectura
Lectura del libro de
Isaías (49,1-6):
Escuchadme,
islas; atended, pueblos lejanos: Estaba yo en el vientre, y el Señor me llamó;
en las entrañas maternas, y pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada
afilada, me escondió en la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida, me guardó
en su aljaba y me dijo: «Tú eres mi siervo, de quien estoy orgulloso.» Mientras
yo pensaba: «En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis
fuerzas», en realidad mi derecho lo llevaba el Señor, mi salario lo tenía mi
Dios. Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo, para
que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel –tanto me honró el Señor,
y mi Dios fue mi fuerza–: «Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus
de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las
naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.»
Palabra de
Dios
Salmo
Sal 138,1-3.13-14.15
R/. Te doy
gracias, porque me has escogido portentosamente
Señor, tú me
sondeas y me conoces;
me conoces
cuando me siento o me levanto,
de lejos
penetras mis pensamientos;
distingues mi
camino y mi descanso,
todas mis
sendas te son familiares. R/.
Tú has creado
mis entrañas,
me has tejido
en el seno materno.
Te doy
gracias, porque me has escogido portentosamente,
porque son
admirables tus obras;
conocías hasta
el fondo de mi alma. R/.
No desconocías
mis huesos,
cuando, en lo
oculto, me iba formando,
y
entretejiendo en lo profundo de la tierra. R/.
Segunda lectura
Lectura del libro de los
Hechos de los apóstoles (13,22-26):
En aquellos
días, dijo Pablo: «Dios nombró rey a David, de quien hizo esta alabanza:
“Encontré a David, hijo de Jesé, hombre conforme a mi corazón, que cumplirá
todos mis preceptos.” Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un
salvador para Israel: Jesús. Antes de que llegara, Juan predicó a todo Israel
un bautismo de conversión; y, cuando estaba para acabar su vida, decía: “Yo no
soy quien pensáis; viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las
sandalias.” Hermanos, descendientes de Abrahán y todos los que teméis a Dios: A
vosotros se os ha enviado este mensaje de salvación.»
Palabra de
Dios
Evangelio
Lectura del santo
evangelio según san Lucas (1,57-66.80):
A Isabel se le
cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y
parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la
felicitaban. A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban
Zacarías, como a su padre.
La madre
intervino diciendo: «¡No! Se va a llamar Juan.»
Le replicaron:
«Ninguno de tus parientes se llama así.»
Entonces
preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una
tablilla y escribió: «Juan es su nombre.» Todos se quedaron extrañados.
Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a
Dios.
Los vecinos
quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y
todos los que lo oían reflexionaban diciendo: «¿Qué va a ser este niño?» Porque
la mano del Señor estaba con él. El niño iba creciendo, y su carácter se
afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel.
Palabra del
Señor
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