viernes, 10 de junio de 2016

LECTURAS DEL DOMINGO X DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO C

Domingo, 5 de junio de 2016
Primera lectura
Primera lectura: 1R 17,17-24

Lectura del primer libro de los Reyes:

En aquellos días, cayó enfermo el hijo de la señora de la casa. La enfermedad era tan grave que se quedó sin respiración. Entonces la mujer dijo a Elías: «¿Qué tienes tú que ver conmigo? ¿Has venido a mi casa para avivar el recuerdo de mis culpas y hacer morir a mi hijo?» Elías respondió: «Dame a tu hijo.» Y, tomándolo de su regazo, lo subió a la habitación donde él dormía y lo acostó en su cama. Luego invocó al Señor: «Señor, Dios mío, ¿también a esta viuda que me hospeda la vas a castigar, haciendo morir a su hijo?» Después se echó tres veces sobre el niño, invocando al Señor: «Señor, Dios mío, que vuelva al niño la respiración.» El Señor escuchó la súplica de Elías: al niño le volvió la respiración y revivió. Elías tomó al niño, lo llevó al piso bajo y se lo entregó a su madre, diciendo: «Mira, tu hijo está vivo.» Entonces la mujer dijo a Elías: «Ahora reconozco que eres un hombre de Dios y que la palabra del Señor en tu boca es verdad.»

Salmo
Salmo responsorial: 29

R/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
  
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, sacaste mi vida del abismo,

me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.
  
Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto;

por la mañana, el júbilo.
  
Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.

Cambiaste mi luto en danzas. Señor, Dios mío,

te daré gracias por siempre.

Segunda lectura
Segunda lectura: Ga 1,11-19

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas:
  
Os notifico, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí no es de origen humano; yo no lo he recibido ni aprendido de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo.

Habéis oído hablar de mi conducta pasada en él judaísmo: con qué saña perseguía a la Iglesia de Dios y la asolaba, y me señalaba en el judaísmo más que muchos de mi edad y de mi raza, como partidario fanático de las tradiciones de mis antepasados. Pero, cuando aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia se dignó revelar a su Hijo en mí, para que yo lo anunciara a los gentiles, en seguida, sin consultar con hombres, sin subir a Jerusalén a ver a los apóstoles anteriores a mí, me fui a Arabia, y después volví a Damasco. Más tarde, pasados tres años, subí a Jerusalén para conocer a Cefas, y me quedé quince días con él.

Pero no vi a ningún otro apóstol, excepto a Santiago, el pariente del Señor.

Evangelio Lc 7,11-17
Lectura del santo evangelio según san Lucas:
En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, e iban con él sus discípulos y mucho gentío.

Cuando  se acercaba a la entrada de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a  un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío  considerable de la ciudad la acompañaba. Al verla el Señor, le dio  lástima y le dijo: «No llores.» Se acercó al ataúd, lo tocó (los que lo  llevaban se pararon) y dijo: «¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!» El  muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su  madre. Todos, sobrecogidos, daban gloria a Dios, diciendo: «Un gran  Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.» La  noticia del hecho se divulgó por toda la comarca y por Judea entera., 

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