MARTES DE LA QUINTA SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
Libro de Génesis
1,20-31.2,1-4a.
Dios dijo:
"Que las aguas se llenen de una multitud de seres vivientes y que vuelen
pájaros sobre la tierra, por el firmamento del cielo".
Dios creó los
grandes monstruos marinos, las diversas clases de seres vivientes que llenan
las aguas deslizándose en ellas y todas las especies de animales con alas. Y
Dios vio que esto era bueno.
Entonces los
bendijo, diciendo: "Sean fecundos y multiplíquense; llenen las aguas de
los mares y que las aves se multipliquen sobre la tierra".
Así hubo una
tarde y una mañana: este fue el quinto día.
Dios dijo:
"Que la tierra produzca toda clase de seres vivientes: ganado, reptiles y
animales salvajes de toda especie". Y así sucedió.
Dios hizo las
diversas clases de animales del campo, las diversas clases de ganado y todos
los reptiles de la tierra, cualquiera sea su especie. Y Dios vio que esto era
bueno.
Dios dijo:
"Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le
estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras
de la tierra, y todos los animales que se arrastran por el suelo".
Y Dios creó al
hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer.
Y los bendijo,
diciéndoles: "Sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla;
dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los vivientes que
se mueven sobre la tierra".
Y continuó
diciendo: "Yo les doy todas las plantas que producen semilla sobre la
tierra, y todos los árboles que dan frutos con semilla: ellos les servirán de
alimento.
Y a todas la
fieras de la tierra, a todos los pájaros del cielo y a todos los vivientes que
se arrastran por el suelo, les doy como alimento el pasto verde". Y así
sucedió.
Dios miró todo
lo que había hecho, y vio que era muy bueno. Así hubo una tarde y una mañana:
este fue el sexto día.
Así fueron
terminados el cielo y la tierra, y todos los seres que hay en ellos.
El séptimo
día, Dios concluyó la obra que había hecho, y cesó de hacer la obra que había
emprendido.
Dios bendijo
el séptimo día y lo consagró, porque en él cesó de hacer la obra que había
creado.
Este fue el
origen del cielo y de la tierra cuando fueron creados. Cuando el Señor Dios
hizo la tierra y el cielo,
Salmo 8,4-5.6-7.8-9.
Al ver el
cielo, obra de tus manos,
la luna y las
estrellas que has creado:
¿Qué es el
hombre para que pienses en él,
el ser humano
para que lo cuides?
Lo hiciste
poco inferior a los ángeles,
lo coronaste
de gloria y esplendor;
le diste
dominio sobre la obra de tus manos.
Todo lo
pusiste bajo sus pies.
Todos los
rebaños y ganados,
y hasta los
animales salvajes;
las aves del
cielo, los peces del mar
y cuanto surca
los senderos de las aguas.
Evangelio según San Marcos
7,1-13.
Los fariseos
con algunos escribas llegados de Jerusalén se acercaron a Jesús,
y vieron que
algunos de sus discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavar.
Los fariseos,
en efecto, y los judíos en general, no comen sin lavarse antes cuidadosamente
las manos, siguiendo la tradición de sus antepasados;
y al volver
del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones. Además, hay muchas
otras prácticas, a las que están aferrados por tradición, como el lavado de los
vasos, de las jarras y de la vajilla de bronce.
Entonces los
fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: "¿Por qué tus discípulos no
proceden de acuerdo con la tradición de nuestros antepasados, sino que comen
con las manos impuras?".
El les
respondió: "¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, en el pasaje de
la Escritura que dice: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón
está lejos de mí.
En vano me
rinde culto: las doctrinas que enseñan no son sino preceptos humanos.
Ustedes dejan
de lado el mandamiento de Dios, por seguir la tradición de los hombres".
Y les decía:
"Por mantenerse fieles a su tradición, ustedes descartan tranquilamente el
mandamiento de Dios.
Porque Moisés
dijo: Honra a tu padre y a tu madre, y además: El que maldice a su padre y a su
madre será condenado a muerte.
En cambio,
ustedes afirman: 'Si alguien dice a su padre o a su madre: Declaro corbán -es
decir, ofrenda sagrada- todo aquello con lo que podría ayudarte...'
En ese caso,
le permiten no hacer más nada por su padre o por su madre.
Así anulan la
palabra de Dios por la tradición que ustedes mismos se han transmitido. ¡Y como
estas, hacen muchas otras cosas!".
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