miércoles, 12 de octubre de 2016

MARTES DE LA VIGÉSIMA OCTAVA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Carta de San Pablo a los Gálatas 5,1-6.
Hermanoas:
Esta es la libertad que nos ha dado Cristo. Manténganse firmes para no caer de nuevo bajo el yugo de la esclavitud.
Yo mismo, Pablo, les digo: si ustedes se hacen circuncidar, Cristo no les servirá de nada.
Les vuelvo a insistir: todos los que se circuncidan, están obligados a observar íntegramente la Ley.
Si ustedes buscan la justicia por medio de la Ley, han roto con Cristo y quedan fuera del dominio de la gracia.
Porque a nosotros, el Espíritu, nos hace esperar por la fe los bienes de la justicia.
En efecto, en Cristo Jesús, ya no cuenta la circuncisión ni la incircuncisión, sino la fe que obra por medio del amor.

Salmo 119(118),41.43.44.45.47.48.
Que llegue hasta mí tu misericordia, Señor,
y tu salvación conforme a tu promesa.

No quites de mi boca la palabra verdadera,
porque puse mi esperanza en tus juicios.

Yo cumpliré fielmente tu ley:
lo haré siempre, eternamente.

Y caminaré por un camino espacioso,
porque busco tus preceptos.

Me deleitaré en tus mandamientos,
que yo amo tanto.

Elevaré mis manos hacia tus mandamientos
y meditaré en tus preceptos.

Evangelio según San Lucas 11,37-41.
Cuando terminó de hablar, un fariseo lo invitó a cenar a su casa. Jesús entró y se sentó a la mesa.
El fariseo se extrañó de que no se lavara antes de comer.
Pero el Señor le dijo: "¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia.
¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro?

Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro.

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