Miércoles, 13 de septiembre de 2017
Primera lectura
Lectura de la carta del
apóstol san Pablo a los Colosenses (3,1-11):
Ya que habéis
resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo,
sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la
tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios.
Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis,
juntamente con él, en gloria. En consecuencia, dad muerte a todo lo terreno que
hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia y la
avaricia, que es una idolatría. Eso es lo que atrae el castigo de Dios sobre
los desobedientes. Entre ellos andabais también vosotros, cuando vivíais de esa
manera; ahora, en cambio, deshaceos de todo eso: ira, coraje, maldad, calumnias
y groserías, ¡fuera de vuestra boca! No sigáis engañándoos unos a otros.
Despojaos del hombre viejo, con sus obras, y revestíos del nuevo, que se va
renovando como imagen de su Creador, hasta llegar a conocerlo. En este orden
nuevo no hay distinción entre judíos y gentiles, circuncisos e incircuncisos,
bárbaros y escitas, esclavos y libres, porque Cristo es la síntesis de todo y
está en todos.
Palabra de
Dios
Salmo
Sal 144,2-3.10-11.12-13ab
R/. El Señor
es bueno con todos
Día tras día,
te bendeciré
y alabaré tu
nombre por siempre jamás.
Grande es el
Señor, merece toda alabanza,
es
incalculable su grandeza. R/.
Que todas tus
criaturas te den gracias, Señor,
que te
bendigan tus fieles;
que proclamen
la gloria de tu reinado,
que hablen de
tus hazañas. R/.
Explicando tus
hazañas a los hombres,
la gloria y
majestad de tu reinado.
Tu reinado es
un reinado perpetuo,
tu gobierno va
de edad en edad. R/.
Evangelio
Lectura del santo
evangelio según san Lucas (6,20-26):
En aquel
tiempo, Jesús, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo: «Dichosos
los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Dichosos los que ahora tenéis
hambre, porque quedaréis saciados. Dichosos los que ahora lloráis, porque
reiréis. Dichosos vosotros, cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os
insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del
hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será
grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas.
Pero, ¡ay de vosotros, los ricos!, porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de
vosotros, los que ahora estáis saciados!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los
que ahora reís!, porque haréis duelo y lloraréis. ¡Ay si todo el mundo habla
bien de vosotros! Eso es lo que hacían vuestros padres con los falsos
profetas.»
Palabra del
Señor
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